[MIDV-294] Destrozado por el pistón de la máquina rítmica...

Hope Ishihara afirma que puede manejar el sexo intenso con facilidad, pero poco a poco se descompone por la precisión implacable, como un metrónomo, de los empujones rítmicos. Lo más placentero es un ritmo constante, invariable: no rápido, pero nunca lento, acercándose cada segundo al clímax. Cuando está a punto de llegar al orgasmo, pide un ritmo más rápido, pero los empujones como de máquina permanecen constantes. Este movimiento mecánico de la cadera sin emoción combina retrasos burlones y ataques implacables, dejándola sin aliento e incapaz de concentrarse.Incluso después de la eyaculación, el ritmo inflexible continúa, e incluso cuando el semen fluye de vuelta de su vagina, nunca se detiene. Un nuevo proyecto diseñado para llevar a las actrices a sus límites con una precisión infalible que apunta a sus zonas de placer sin pausa!